martes, 20 de julio de 2010

Mahatma no estaba equivocado

"Leer, güey, incrementa, güey, tu vocabulario, güey" rezaba un llamativo anuncio espectacular sobre la avenida más perfecta en lo que a sincronización de semáforos se refiere: Revolución. El anuncio, que era grande y amarillo, estaba firmado, según entiendo, por Mohandas Ghandi o algún familiar suyo. Si bien me pareció extraño que dicha cita proviniera del afamado "Alma Grande", el fondo de la cita me pareció (además de jocoso), sumamente interesante y por demás realista.

Contrario a lo que muchos podrán esperar después de esta introducción, mi objetivo no es escribir un sermón sobre el perdido hábito de la lectura en México (que más que haberlo perdido, creo que nunca lo hemos encontrado). La verdad es que no tendría la más mínima autoridad moral para hacerlo. Honestamente, no puedo decir que la librería de Mahatma (ni cualquier otra) me cuenta como uno de sus más ávidos devora-libros, ni que la épicamente fallida Biblioteca José Vasconcelos me considere uno de sus más frecuentes visitantes.

Mi análisis de la frase es mucho más superficial y enfocada a la lectura como una acción ordinaria, meramente operativa y no como un hábito. Y es que, con el paso de los años, salta a mi vista que la gente no sabe leer. Y aquí hago una nueva distinción: no estoy hablando de analfabetismo, me refiero a todas aquellas personas que, sabiendo distinguir las letras y conociendo sus sonidos, no ponen la atención, el cuidado y, sobre todo, el interés en lo que pretenden estar leyendo o pretenden haber leído. A continuación, un par de ejemplos:

a) Mi segundo apellido es Castanedo (sí, con "n"). Por causas ajenas a mí y propias de los funcionarios incompetentes, mi familia y yo hemos sufrido llevar tal apellido por décadas. Pasé 16 años en la misma escuela y en casi todos ellos recibí diplomas y circulares a nombre de Mikjail Matheüs von Castañedo, quitándole todo lo "chic" a mi rimbombante nombre. Experiencias similares he visto en compañeros cuando los profesores pasan lista: "x" Monforte, que diariamente era llamada "Montefor", "y" Creuheras, que diariamente era llamada de manera inentendible y "z" Bante cuyo apellido nada difícil fue en una ocasión leído como "Bonet".

b) Salvo la palabra "Hollywood", creo que nunca he visto un nombre a mayor escala que el de la cadena "Walmart" (antes "Wal-Mart"). El día de ayer, mientras buscaba un disfraz de pingüino para un evento venidero, me encontré con las instrucciones para ubicar una sucursal de uno de los comerciantes que se dedican al alquiler de tales disfraces. Las instrucciones ubicaban a la sucursal en "Circunvalación Oriente 142 (atrás de Suburbia y Walk Mark)". ¿DE QUÉ TAMAÑO TE TENGO QUE PONER EL %&$/& LETRERO PARA QUE UBIQUES CORRECTAMENTE EL NOMBRE DE MI NEGOCIO? 7 letras, de 9 metros cuadrados cada una parecen ser insuficientes. (http://www.casadandy.com.mx/#)

Ejemplos como el anterior sobran. La novia de un servidor labora con una agradable mujer que constantemente se preocupa por la distribución de sus productos en "Bets Buy" y en el famoso wholesaler "Cotsco".

Lo cierto es que pocas cosas requieren tan poco esfuerzo como la lectura operativa y la gente cada vez lo hace peor. Inviten a sus amiguitos a practicarla! Sólo necesitan:
1. Ojos (requisito indispensable)
2. Disposición (requisito deseable)
3. Inteligencia (ya valió)

¡Pongan atención y exijan que los demás lo hagan! Uno nunca sabe cuando se va a topar con un ególatra-neurótico-obsesivo compulsivo-adicto a la dicción. Dicen que hay algunos allá afuera.